1. S&P500
El selectivo americano por excelencia, S&P500 es un indicador clave de la economía mundial, toda vez que en él se engloban las 500 empresas más grandes de Estado Unidos.
Este índice ha retrocedido casi un 20% en lo que va de año. La guerra en Ucrania y sobre todo los intentos de la FED por combatir la inflación mediante un política monetaria y fiscal más restrictiva han sido los principales desencadenantes de esta caída.
Como vemos, el gráfico muestra una tendencia bajista clara marcando máximos decrecientes. Observamos un patrón megáfono en base a una dura lucha entre largos y cortos. Los cortos de momento están en control después de no poder superar la 200MA ni la línea de tendencia bajista.
Así mismo, se aprecia una condensación de precios que dibuja un patrón triangular. Este tipo de formaciones suelen desencadenar movimientos de precios abruptos una vez el precio rompe el patrón.
Para esta semana podríamos esperar un rebote al alza coincidiendo con niveles de precios reposados sobre una línea de soporte en base a la tendencia alcista del rally que se inició a finales de junio. Sin embargo, dado la coyuntura económica actual pensamos que en el largo plazo la situación no es muy alentadora y cualquier rally que pudiera existir debiera servir para deshacernos de posiciones largas e incluir posiciones cortas.
En la parte baja debemos fijarnos en posibles zonas de soporte como es el cluster de precios marcados a raíz del pico antes del COVID19. Llegar a esta zona supondría un retroceso del 14% desde precios actuales. Por otro lado, si esta zona no consigue contener la sangría podríamos retroceder hasta los máximos de diciembre 2018 (-27%) cuando la FED anunció el inicio de su política monetaria restrictiva que luego tuvo que anular después del descalabro bursátil.

2. ORO/USD
A nuestro parecer el oro se encuentra en una zona interesante de compra, dado el binomio riesgo/beneficio. El valor ha tocado la línea de soporte estructural de varias décadas situada alrededor de $1.680. Además, vemos formación engulfing en gráfico diario lo que podría marcar un cambio al alza. Cabe destacar que este activo suele caracterizarse por los doble suelos a corto plazo cuando intenta cambiar la dirección de su tendencia de corta a larga, por tanto, la formación actual de este doble suelo refuerza nuestro argumento.
Si efectivamente el precio cambia la tendencia podríamos esperar que se acercase a niveles de $1.790 – $1.810 relativos a una zona de confluencia de precios. Si consigue superar esta área es probable que el precio se dirigiese a niveles superiores cercanos a $1.880 – $1.840.

3. EUR/USD
Esta semana tenemos cita clave con el BCE. El próximo 8 de septiembre el BCE dará a conocer su decisión de modificación de tipos de interés. Se barajan dos posibles subidas, una más conservadora de 50 pb o una claramente hawkish de 75 pb. Nosotros pensamos que una subida de tipos de 75 pb sería lo correcto dado el decalaje existente en cuanto a política monetaria entre el BCE y la FED, y atendiendo a la tesitura macroeconómica global.
En esta situación, a pesar de que el EUR sigue muy vulnerable, podemos estar delante de una gran oportunidad de inversión a través del par EUR/USD. Una decisión de subida de tipos por parte del BCE fortalecería al EUR frente al USD lo que incrementaría su valor. Si por el contrario, el BCE “defrauda” en cuanto al tono hawkish, el EUR podría dirigirse a la zona de €0,97 – €0,96. Por otro lado, debemos prestar especial atención al corte de gas impuesto por Rusia a Europa que sin duda tendrá un efecto sobre la divisa comunitaria.
En el aspecto técnico destacamos los siguientes puntos.
– El par EUR/USD está dibujando un patrón de canal descendiente casi perfecto respetando niveles clave de soportes y resistencias.
– Existen divergencias alcistas entre precio e indicador RSI.

Adicionalmente la evolución alcista de estos tres activos esta correlacionada. Es decir, cuando el dólar cae significa que hay mayor apetito por el riesgo lo que de forma directa eleva los índices bursátiles. De forma paralela, un dólar fuerte debilita tanto al oro como al euro ya que su contrapartida es la propia divisa estadounidense.